jueves, 29 de diciembre de 2022

 


BARES, ¡QUÉ LUGARES!

 

                                                                                       Tino Barrero.


(...) Grande consuelo es tener
la taberna por vecina... 
Porque allí llego sediento,
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voyme contento...
 
                (Baltasar de Alcázar)

 Polanco se está quedando sin bares. Y, en esta ocasión, cuando digo Polanco, me refiero al pueblo, no al municipio. A día de hoy sólo está funcionando como bar “El Sotileza”, cuando desde hace décadas Polanco gozaba de tres bares que ostentaban el nombre de algunas de las novelas o lugares descritos por el escritor acunado en Polanco, don J,Mª de Pereda, caso del mencionado  Sotileza, también el Peñas arriba y el Cumbrales, localidad escenario de “El sabor de la tierruca”. Tres bares con un blanco de solera magnífico, señuelo para atraer  visitantes de municipios limítrofes.

    Se echa mucho en falta su ausencia. Los bares son centros importantes de socialización; lugar de encuentro, donde en torno a una mesa o la propia barra se charla de cotidianidades, naderías, preocupaciones o alegrías; lugar donde se han llegado a pergeñar proyectos, donde se han hecho celebraciones y, en definitiva, donde la gente complace su momento de relax, de ocio, donde muchos prefieren ver el partido de fútbol, donde se organizan las partidas de cartas o se lee el periódico. El bar es ese lugar… y ¡qué lugar!, como canta Gabinete Galigari.

    

                              Bar "Sotileza" y Tienda Vega. Jesñus Vega fue una persona que merece "usía"

Muchas canciones, aparte de los de  Gabinete,  llevan como escenario de sus temas  un bar; así tenemos a Maná con la canción “Clavado en un bar”; Sabina con “Y nos dieron alas diez”; Platero y tu con “ Tras la barra”; Los Rodriguez con “ La copa rota” o Chavela Vargas con “El último trago”, por mencionar sólo algunos. Y no digamos en el cine, donde quizá la película más paradigmática sea “Casablanca”. En la literatura también quedan reflejados; valga como ejemplo “La Colmena” de Camilo J. Cela o "Una cena" de Baltasar Alcázar, a la que corresponden los versos del inicio. Y sin ir  más lejos tenemos el Bar de Resquemín, aquí en Cumbrales (Polanco), de la novela ” El Sabor de la Tierruca” de J.Mª de Pereda.

    Un pueblo que se queda sin bar pierde pulso, pierde ritmo, se apoca, se minimiza, en buena parte se deshumaniza. Miremos a nuestro alrededor, los barrios y pueblo como Posadillo y Rumoroso, que se han quedado sin bar, lo desolados que se encuentran.

    

    

                               Calle desierta sin bares. Bar "Peñas arriba" y al fondo Bar "Cumbrales"


D
e todos, y en cualquiera de los casos, opto por una Casa de Cultura dinamizada y abierta, por las sedes de asociaciones y lugares de encuentros comunes que faciliten elevar proyectos culturales y de convivencia. Creo que bares y espacios socioculturales se complementan y sirven de antídotos contra el individualismo, el aislamiento y la soledad.

    En fin, la representatividad de los bares en la industria hostelera ha sido y es muy relevante, llegando a formar parte de nuestra idiosincrasia. Somos un país de bares. Necesitamos reencontrarnos, necesitamos su reapertura. Y necesitamos espacios culturales que nos ayuden a crecer personalmente y como grupo.

 

15 AÑOS SIN EL CUMBRALES

 

    Al finalizar este mes se cumplirán quince años del cierre del Bar Cumbrales.  Todo un icono de la hostelería de Polanco, puso punto final, a su larga trayectoria, el 31 de diciembre de 2007.

    Comenzó su actividad en la primera mitad del siglo XX. No tenemos constancia de su fecha exacta, pero en los finales de los años 30 se encontraba regentado por Lola Vega y su esposo Federico Herrera, posteriormente fue conducido por una persona denominada “Asturias”, padre de Mingo casado con Mª Jesús Nieto, que era vecino de Polanco.

    El 7 de abril de 1945, del “Cumbrales” se  hizo cargo Jesús Fuentevilla Herrera, cuya familia lo ha mantenido hasta su cierre; es decir, durante 62 años.

    Cuando Jesús se hizo cargo de él, se denominaba “La Flor de Cumbrales”, ha sido más que un bar; ha realizado funciones de Centro Cívico- social, pues dispuso de salón de baile, el “SALÓN DE BAILE CUMBRALES”, denominado popularmente “El pulguero”, en el que se celebraba baile todos los domingos amenizado por una orquesta desde Torrelavega, “ Orquesta Iniesta”.


    Con posterioridad unos años después, en noviembre de 1958, se creó en el lugar del salón de baile, un “SALÓN DE CINE”, que estuvo en vigor hasta el año 1965. El nombre del local se denominaba “Cine Cumbrales”; la empresa que lo regentaba GUEMER Poseía un aforo para 263 personas; de butaca 198 y 65 de general. Los precios de las entradas eran 7 pesetas para butaca y 5 pesetas para general. Se ofrecían dos sesiones en domingos y festivos. Una de las primeras películas que se pasó fue “El bebé y el acorazado”. De las últimas que se pasaron, si no la última, fue “La leyenda de Buda”. Gustavo y Merino que conducían el Cine Garcilaso de Torrelavega eran los responsables de la filmografía; de ahí supongo el nombre de GUEMER. De acomodador, Mingo Rodriguezy, de cuándo en cuándo, sustituido o ayudado por Dolfín Fuentevilla.

                                                    Último día del Cumbrales

    A ver alguna sesión matinal, ante acontecimientos o efemérides, especiales, nos llevaban desde la escuela. Y en este salón se realizó la gran exaltación conmemorativa a algún acto del régimen,  pues con gran solemnidad, algunos vecinos, vestidos con la camisa azul de la falange y, algunos, boinas rojas hicieron alocuciones de tono grandilocuente y entonaban cánticos que a la mayor parte de los niños allí asistentes, nada nos decía.

    Este salón, de baile primero y cine después, fue protagonista de la  última “DESHOJA” familiar a favor de Vicente Fuentevilla, en la que yo participé siendo un incipiente adolescente, acompañada por muchos vecinos de Polanco.  Recuerdo un montón de chavales y varias personas adultas haciendo corro, en mitad del salón, y en cuyo centro se iban depositando las panojas que a cestaos se metían por la puerta que daba directamente al salón y que previamente habían sido depositadas en la bolera. Los anises y las gaseosas, estimulaban la monótona labor que se aderezaba con bromas, chistes y chascarrillos.

    La bolera, compañera fiel de cualquier taberna que se tuviese en estima, no sólo fue  lugar de práctica del deporte vernáculo, sino que durante muchos años, se hacía la ROMERÍA DE “LA ASCENSIÓN”, toda una fiesta, de las buenas, dentro del municipio. Prácticamente todo el mundo bailaba, la bolera se ponía a retaque, y aquí era costumbre el “pase la patata”. Uno o más vecinos,  recuerdo a Dolfo Castillo, pasaban entre las parejas que bailaban y colocaban al varón un alfiler con un trozo de tela que llevaban pinchadas en la patata, a cambio del pinchazo, se daba un donativo a fin de colaborar con los gastos de la orquesta.  Esta fiesta se dejó de realizar cuando La Ascensión que se celebraba siempre en jueves, pasó a celebrarse en domingo.


                                      En la terraza de Cumbrales, finales años 60 . Foto cedida por Neluca Fuentevilla

    El Cumbrales, fue uno de los primeros lugares que tuvo televisión. Le tocó a Jesús a través de unas chapas de aceite “Sotoliva”. Por ser críos, muy poco la pudimos disfrutar.

    De la infancia en el Cumbrales, junto al recuerdo del cine, la romería y los bolos, se encuentran las partidas de futbolín, el truco de la pinza que colocábamos, cuando Jesús se descuidaba, para que la bola que entraba en la cajonera volviese a salir y así con una peseta prolongábamos la partida hasta que nos descubrían; recuerdo los primeros celtas que fumábamos a escondidas detrás del cine. Y ya, en edad adulta, el blanco, por cierto, muy buen blanco. El local sumamente acogedor, con regusto a antiguo; muy bien atendido; uno se sentía cómodo. Recuerdo el blanco con galleta que te ponía Jesús. Sobre el vaso de blanco ponía una galleta tostada Fontaneda o un  churrusco de Cuétara que mojabas en el blanco; en los últimos años lo habitual para acompañar al blanco eran los cacahuetes, ¡qué maridaje más excelente!


                                                         Partida en el  bar Cumbrales, años 70

    Las últimas personas que regentaron el bar fueron Emilia y Rosi, hijas de Jesús. Y qué decir de la terraza, ¿eh?  Guarecida bajo la prolongada rama del plátano, donde los blancos del mediodía o cubatas nocturnos, en el verano, adquirían sabor especial y te hacía sentir que te encontrabas en uno de los mejor lugares del mundo.

    El Cumbrales, todo un icono que ha hecho historia en la vida municipal. Es  recordado y añorado... Vaya que si  lo es.


                                                   Últimos resistentes en la terraza del Cumbrales.

 

 Ah, pero si pensabais que esta entrada había concluido, os equivocáis. Falta dejar constancia de la última persona, ajena a la familia, que salió por la puerta del bar ese día del cierre, de tan egregia institución hostelera. Información ofrecida por Rosi, última regente del bar, que tanto le estimaba. Se trata de Toño Barrero que salió después de las 18 horas, y a quien acompaño en la fotografía.


                                 Con mi primo Toño, el último paisano que clausuró El Cumbrales.


sábado, 24 de diciembre de 2022

 

PLAZOLETA Y BUSTO DE PEREDA EN POLANCO. UN DEBER CUMPLIDO

 

                                                                            TINO BARRERO.

    Poquísimas personas conocen cómo se fraguó la creación del monumento y busto de nuestro novelista más insigne, don José Mª de Pereda, en Polanco.

    No crean, apenas conocía pequeños detalles al respecto, pero tuve la fortuna de encontrarme con el libro “Crónicas Ilustradas. Imágenes y anécdotas del Arte Coral en Torrelavega”(2000) de Antonio Barrio González  que nos ofrece detalle pormenorizados de los acontecimientos y personas que rodearon la instauración de dicho monumento para recuerdo y gloria de nuestro insigne escritor, cuya pluma trasciende más allá de  las fronteras de nuestra patria y que llegó a codearse literariamente con los grandes del Realismo español, para orgullo nuestro.

      Como el asunto se me antoja interesante, con el deseo de darlo a conocer, a través de este blog que administra la Asociación Sociocultural Polanco, a toda persona que se encuentre con el mismo. Voy a tratar de relatar, trascribiendo de forma literal, buena parte del texto que al respecto nos deja Antonio Barrio en su libro, con el convencimiento de que, de seguir entre nosotros, lejos de serle molesto sería   motivo de agrado.

 Paso a relatarles:

     Transcurría el veinte aniversario del fallecimiento de nuestro ilustre escritor costumbrista D. José Mª de Pereda, allá por el año 1926, cuando la recién creada Coral de Torrelavega en 1925, siendo su director D. Lucio Lázaro López y  presidente de la misma don Adolfo Carrasco,  vino a Polanco para conmemorar la efeméride.

     Vino acompañada de de una larga comitiva a cuyo frente iba el concejal del Ayuntamiento de Torrelavega, Paulino Canales; el registrador de la Propiedad, Francisco Vega; el organista de la Parroquia, Félix Apellániz; el hermano mayor de la Cofradia de la Virgen Grande, Ignacio Martinez; el poeta cántabro Jesús Cancio, entre otros muchos. Todos fueron recibidos por el alcalde de Polanco Celestino Calderón y los concejales Antonio Seco, Celestino Revuelta, Juan Alonso, Rosendo Fuentyevilla y el secretario Alfredo González; el cura párroco, Alfredo Lavin; el juez municipal José Gutiérrez y los hijos del escritor, Vicente y José María.  La misa fue celebrada por el párroco de Rumoroso y el cura párroco de Polanco.

    Tras la misa hubo un aperitivo, después se dirigieron al cementerio donde depositaron  sobre el mausoleo una corona de flores y rezaron un responso.

    De allí se trasladaron a La Peña. Frente a la Cagiga se había improvisado una típica tribuna para que desde ella los oradores se dirigieran al público.

    Francisco Vega hizo una pequeña historia sobre el acto, realzando la figura de Pereda. Leyó a continuación poemas de José del Río y Jesús Cancio. Leyendo a continuación un breve texto de “El Sabor de la Tierruca”.

    Acto seguido tomó la palabra, don Vicente Pereda, agradeciendo las muestras de cariño hacia su padre, el escritor. Terminó el homenaje a cargo de la Coral, bajo la batuta del maestro Lázaro, cantando insuperablemente “Verdad Quico”

    Afolfo Carrasco, presidente de la Sociedad Coral de Torrelavega, se despidió haciendo esta súplica:

Aquí al lado de la “Cagigona”, junto a ese tronco viejo y caduco que en tiempos mejores fue sostén de rumorosa y ondulante bóveda, se han unido en el mismo propósito el público montañés y sus poetas

No debemos se pararnos sin que de este acto quede un recuerdo perenne que pregone y perpetúe la gratitud y admiración de todos. Es necesario que aquí en Polanco, se levante un monumento a Pereda, ningún sitio mejor ni más representativo que la “cagigona”, junto a cuyo tronco debe plantarse otro roble que en el futuro recuerde aquel soberbio ejemplar cuya sombra sirvió tantas veces de alivio y descanso al gran Patriarca Montañés.

Ruego al Ayuntamiento de Polanco que tome la iniciativa. la Diputación, los Ayuntamientos montañeses, el Ateneo de Santander, la prensa con su poder, las Corales y agrupaciones culturales y artísticas, contribuyan al buen resultado de este propósito.
Nosotros nos retiramos de Polanco para volver pronto, hasta el día en que se ponga la primera piedra del monumento a Pereda.”

     Fue acogida felizmente la idea por el pueblo de Polanco, se nombró una Comisión, integrada por el alcalde don Celestino Calderón; el cura párroco, don Alfredo Lavín; el médico, don Valeriano Gómez; el concejal del Ayuntamiento de Torrelavega, don Paulino Canales y don Adolfo Carrasco, presidente de la Sociedad Coral.

    Tres años estuvo trabajando esta Comisión, para lentamente dar fin a su obra. Peseta a peseta, duro a duro,- según el poeta José del Río- la suscripción alcanzó la mayoría de edad. Va a ser el arquitecto  Mariano Lastra quien, con absoluto desinterés económico, toma a su cargo el proyecto de elevar el monumento. El busto a Pereda fue realizado por Daniel Alegre Posteriormente, ante la presencia del infante don Jaime, autoridades del mundo de la política y personalidades de la Cultura, junto a vecinos de Polanco, ese tres de septiembre de 1929, quedó inaugurada la plazoleta con monumento y busto. Fue una gran fiesta, con actuaciones de picayos, Coral de Torrelavega, Coral de Santander. Parece ser que comentaba la prensa del momento que llegaron a Polanco más de cuatro mil personas llegadas de los diversos lugares de  la actual Cantabria.. Puesto que la iniciativa partió de la Sociedad Coral de Torrelavega, junto al monumento, que construyó el arquitecto Lastra, sobre el que se apoya el busto y al lado de la fuente, la Sociedad Coral de Torrelavega colocó su escudo que permanece como recuerdo inalterable del singular acto.

    


Polanco rendía  tributo a su escritor dieciocho años después de haberlo hecho Santander. Los polanquinos nos sentirnos con el deber y obligación de conservar en buen estado esta plazoleta, junto a los restos de la Cagigona, monumento y busto de Pereda. 

(Foto del escudo de la Sociedad Coral de Torrelavega y Cuadro de la plazoleta, realizado por Ramón P. Ruisánchez, donde se contempla bien el monumento dirigido por Lastra, el busto de Pereda realizado por Daniel Alegré y la placa-escudo de la Sociedad Coral. Asimismo vemos los restos de la cagigona y detrás, la casa de los Corona donde falleció el poeta Jesús Cancio)



lunes, 21 de noviembre de 2022

 

INCERTIDUMBRE ANTE EL PLAGIO Y LA SOBERBIA.

 

                                                                                                              Por TINO BARRERO

    A veces nos encontramos en encrucijadas que nos colocan entre la espada y la pared. Nos hacen circular por un laberinto donde se entrecruzan y se oponen razón y emoción, alterando  nuestro equilibrio básico y haciéndonos caminar por angustiosas incertidumbres donde la duda, la indecisión toma protagonismo vital.

Recientemente, una persona a la que siempre he tenido en estima, Manuela Fuentevilla, ha publicado un libro que ha sido editado y sufragado por el Ayuntamiento de Polanco. Recibí con gozo su llegada.

Cuando me dispuse a leerlo compruebo que hay muchos textos que son un calco total de artículos míos publicados en diversos medios, prensa, revista local Desafío o blog de la Asociación Sociocultural Polanco.

He de confesar que me sorprendió y, en cierta medida, me incomodó el que no apareciese ninguna reseña ni cita alguna de mi  autoría en los textos copiados, tal como es de deber obligación. Sin embargo, no me produjo mayor preocupación, ya que soy consciente  de que con un mínimo de voluntad, la solución es muy sencilla. Por lo tanto, me dispongo a comentarlo tanto con la autora como con los responsables de la edición. Y así procedo.

 Requerí un encuentro a la autora donde cordial y amistosamente la hago ver una parte de los textos que han sido palabra a palabra, punto a punto, literalmente copiados, para que sean corregidos en la segunda edición que la alcaldía había decidido sacar al público. Le pido que simplemente, al finalizar el texto, tras un asterisco ponga el autor del texto original y medio de publicación, junto a la fecha, en que haya sido publicado. Y que lo puede hacer lo pequeño que considere, como si hay que coger una lupa para poder leerlo. Lo que pretendo es que mañana si tomo los textos para algún trabajo propio, no consideren que haya sido yo quien ha plagiado mis propios textos… Responde que, “ya que está hecho así, así lo deja”.

Posteriormente me dirigí a la responsable de la edición, la alcaldesa. Estaba de vacaciones y decido hablar con el alcalde en funciones. Le expongo alguno de los textos literalmente copiados, al igual que hice con la autora. La respuesta que se me da  ni me molesto en trascribirla.

No puedo comprender cómo ante algo tan evidente, razonable y sencillo de paliar, a sabiendas que es un acto perseguido por ley, miran para otro lado. Busco un intento más para solucionar este asunto de manera pacífica. Decido REGISTRAR en el ayuntamiento la solicitud dirigida a la alcaldesa y equipo de gobierno, para parar momentáneamente la salida de la nueva edición. A ver si con el registro se le da un carácter más formal y oficial, se toma más en serio mi solicitud y se llegue a  actuar  en consecuencia.

 No solo se ignora y desatiende la solicitud sino  que  a poco más de diez días, se comienza a repartir los ejemplares de una segunda edición…  Incomprensible, más cuando viene desde una administración pública.

Lo cierto es que me han abocado a un camino sin salida. No sólo hay un extenso plagio; muchos de los textos sacados en el libro pertenecen a la literatura que yo mismo escribí para dar a conocer algunas de las características del municipio, en la web del Ayuntamiento y, naturalmente, la alcaldesa  de eso debe ser conocedora, lo mismo que de los diversos artículos aparecidos en prensa, la revista Desafío o blog de la Asociación Sociocultural…  Además, desde la alcaldía como máxima responsable de la edición del libro, corresponde supervisar el trabajo final del libro antes de mandar a la imprenta. Y desde luego, ha dejado de manifiesto el mal gusto, desfachatez, perversidad, vulgaridad y falta de clase en poner en el libro una fotografía de mi persona cortada a la mitad, de arriba abajo, cuando estoy junto a Julio Cabrero, alcalde por aquel entonces, dirigiéndome a un grupo de vecinos, explicando los motivos que justificaban colocar una placa en un monolito, junto a la cagiga que en su día se plantó en honor a Enrique Herrera “El carpintero”. Sin duda, el dejar en un libro una foto de esas características, retrata a quien lo ha hecho y consentido.
Lo cierto es que todo ha sido muy lamentable, despropósito tras despropósito.

¿QUÉ PUEDO HACER?

Arrinconado, y muy a mi pesar, sólo consigo contemplar dos alternativas:

 La de pasar del tema, como que aquí no ha pasado nada y callar, lo que supone sobrepasar el límite de la  dignidad y, en eso, no podemos admitir rebajas de ningún tipo. O la de recurrir a un proceso legal. Por lo que me he puesto en contacto con un gabinete jurídico que me informa de todos los derechos a que puedo acogerme y de seguir los pasos legales que procedan.

Evidentemente la situación  me resulta comprometida e ingrata. De una parte, ni quiero ni debo quedarme de brazos cruzados  renunciando a mis derechos y consintiendo la falta total de respeto hacia mi persona que han mostrado al pasar olímpicamente de de mis justos  requerimientos. De otra, no me reconforta, en absoluto,  involucrar en  un proceso judicial a Neluca, con quien he mantenido una más que buena relación vecinal.

     SIn embargo, no han dejado alternativa. Hay exceso de soberbia en las partes, y la soberbia es muy dañina, se quieren en exceso; encantada de conocerse; casi siempre, ésta 
nos conduce por derroteros equivocados. Decía San Agustín, “La soberbia no es grandeza, sino hinchazón. Y lo que está hinchado parece grande, pero no es sano”.

¡Qué importante es el respeto y  saber ponerse en el lugar del otro!.

                                                  ¡INSULTANTE!


                                       Foto original puesta por la autora

                    Foto que sale en el libro puesta por la editora
                                             ¡Cuánta desfachatez!
   
                         UNO DE LOS MUCHOS TEXTOS PLAGIADOS

                                         Como aparece en el libro
                                  Aparecido en periódico Alerta en 2012
                                              

lunes, 15 de agosto de 2022

 

SAN ROQUE EN POSADILLO



                                                              TINO BARRERO

Posadillo acoge por San Roque a los vecinos de Vioño, Salcedo, Zurita y Renedo que vienen desde tiempo inmemorial a la ermita de Posadillo de advocación a San Roque. Aquí hacen, tras la comida, el tradicional rosario. Ritual similar se reproduce en la festividad de la  VIRGEN DE VALENCIA, el 8 de septiuembre,, por los vecinos de Polanco. Dos localidades muy vinculadas desde tiempos remotos que han logrado generar estrechos lazos familiares.

Deseo aprovechar esta entrada para tener un recuerdo a Isidro y a todos aquellos que configuraron aquella legendaria Peña de San Roque y el perro.




ISIDRO REVUELTA IBAÑEZ. (1921-2005)


Fue un buen paisano, buen vecino y cantaba muy bien. Le gustaba  asistir a la hora del  blanco en Polanco, no sé si por el vino en sí o por la tertulia; imagino, más por lo último, pues era un hombre alegre y sociable.

A principios de los años 80, se creó La Peña de San Roque y el perro, en torno al santo patrón,  que con acierto presidió Isidro (en realidad creo, su nombre de pila  fue Isidoro Paulino). Aglutinó prácticamente a todos los vecinos de la localidad, consiguiendo realizar  unas  fiestas de san Roque de gran  categoría, de excelente nivel. Se percibía el entusiasmo, la ilusión, las ganas y unión vecinal que con acierto Isidro supo canalizar.

Isidro ( Isidoro),  como devoto de San Roque, el 16 de agosto de 1983, le dedicó una poesía que a continuación muestro. Con ello pretendo rendir homenaje a Isidro y a todos cuantos supieron con su imaginación, ilusión y esfuerzo honrar a su patrón con unas formidables fiestas aderezadas con altas dosis de fraternidad y convivencia  que debieran permanecer en la memoria colectiva de los vecinos.

POEMA A SAN ROQUE Y EL PERRO. Autor Isidro Revuelta Ibáñez





 

52 AÑOS DE LA  ADQUISICIÓN DEL “HOMBRE DEL CUÉVANO” POR EL AYUNTAMIENTO DE POLANCO AL PINTOR JUAN LUIS  HERNÁNDEZ

                                                        Por:  TINO BARRERO HERRERA

 

De seguro, a muchos polanquinos les resulta familiar este cuadro.

Durante muchos  años  estuvo presente en el Salón de

Sesiones del antiguo   ayuntamiento

Este año se cumple el décimo aniversario del fallecimiento del pintor Juan Luis Hernández que falleció en noviembre de 2012, a los 80 años de edad; ya le hice una reseña en este blog por aquellas fechas.. Hijo de Fabriciano Hernández que fue secretario del ayuntamiento de Polanco y falleció a los 63 años en 1963, y de doña Rosario Pérez Cambón que fue maestra en la escuela de niñas de Polanco que falleció en 1977. Casó Juan Luis con Conchita Fuentevilla, natural de Planco e hija de José Fuentevilla, conocido por “El Cirineo”,

El matrimonio ha residido en Salamanca, pero con  frecuencia, especialmente en verano, han pasado temporadas en Polanco. Habituales eran las visitas que me hacía en la Casa de Cultura, más nunca logré que hiciese una exposición en la misma; prácticamente todos loa años estaba comprometido con alguna exposición itinerante en la región.

Las pinturas de Juan Luis han tenido gran reconocimiento, no sólo nacional sino incluso fuera de nuestras fronteras, ha llegado a exponer en los EEUU.

En  el pleno celebrado en diciembre de  1969, la Corporación municipal, por unanimidad, decide comprarle el cuadro “El hombre del cuévano”; lo adquiere por 18.000 pesetas. Un cuadro que representa el estilo montañés, para ser colgado en el Salón de Sesiones del Ayto. y que considero uno de los más representativos de su estilo.  Ahí le hemos podido contemplar durante muchos años en la antigua Casa Consistorial. Y en una de las dependencias del actual ayuntamiento permanece.



viernes, 17 de junio de 2022

 JULIO SANZ SAIZ. DE LA CENA DE LA POESÍA A

                     "EN JULIO ES PRIMAVERA"


                                                                                                   CONSTANTINO BARRERO



                           

Recientemente se ha hecho, avalado por la concejalía de Cultura, un homenaje al poeta y pintor Julio  Sanz  Saiz, fallecido  el mes de febrero pasado. El acto tuvo lugar en el Centro Nacional de Fotografía Manuel Rotella de Torrelavega, donde bajo el lema “En Julio es primavera!, no faltaron durante el evento,  músicos, poetas, rapsodas y lectores de su obra narrativa y poética.  Sobran los motivos, para homenajear a tan ilustre personaje del mundo de la Cultura en la ciudad de la que formó parte.

Conocí a Julio Sanz Saiz en el año 1993. Estábamos la Asociación Sociocultural Polanco organizando las fiestas patronales y habíamos decidido incorporar en el programa de fiestas un homenaje a todas las personas que nos habían precedido en el tiempo; aquellas personas que con sus trabajos, luchas, sacrificios, alegrías y sus tristezas habían ido configurando la esencia de nuestro pueblo; deseábamos personalizarlo en las personas mayores de 90 años que a la sazón no eran muchas, apenas superaban la docena.

                                                        Julio Sanz Saiz y Tino Barrero

Naturalmente, un homenaje de esta índole debía tener carácter popular, contando con la representación máxima de instituciones, sin ser patrimonializado por ninguna en exclusiva. De ahí que se recurrió al ayuntamiento, a la parroquia y al Consejo Municipal de la 3ª Edad que junto  a la Asociación Sociocultural, eran las únicas asociaciones vigentes en el municipio.  Se contó con el grupo de danzas  local, “El sabor de la tierruca” que honró a los mayores con su pase bajo los arcos floridos y  exhibiendo al final de acto una serie de bailes propios de nuestra región; se contó con el Coro “Voces de la Paz”,  y nos faltaba un bardo  que ofreciese cierto lirismo al evento. Alguien, no recuerdo quién, probablemente fuese el párroco cuyo destino anterior había sido Barcenaciones,  me recomendó a Julio Sanz Saiz, residente en dicha localidad y al que personalmente no conocía. Conseguí hacerme  de su teléfono, le llamé, le expliqué y sin titubeo alguno confirmó su asistencia. El evento un  rotundo éxito, muy emotivo; Julio, magistral, sus palabras afectuosas iban acompañadas de un enternecedor poema para los homenajeados.  Ahí, en esa mañana,
 comencé a descubrir que me encontraba ante una excelente y singular persona.

Posteriormente se fue revelando ante mí su enorme obra como poeta, pintor y escultor. Un artista polifacético de amplia diversidad temática que inunda de lirismo, con su pluma y pincel, numerosos rincones de Cantabria y deja retratados a un amplio número de celebridades regionales. Una obra que conmueve, emociona y  nos resulta difícil determinar qué cualidad artística se eleva sobre la otra. Ambas se imbrican, unidas a su faceta humana y todas salen reforzadas. El propio Julio nos resuelve la duda autodefiniéndose como un poeta que pinta. Su propio amigo, Mauro Muriedas, decía de él:   como pintor tiene un sentimiento poético del paisaje, bien expresado y rimado a través de su conocimiento de la técnica de la aguada.

Dentro de la gran variedad de temas que aborda en su obra, los que más contenido ocupan son aquellos que giran en torno a la Naturaleza, con la que se compromete, recrea y sublima hasta lograr cierta cota de misticismo. Con ello, consigue otorgar, a la función estética de su obra -quizá sin proponérselo- un mensaje didáctico, creando una conciencia ecológica y cultivando una sensibilidad medioambiental.

Desde luego, en Julio Sanz Saiz, se dan todas las características  que el pintor Paul Kleen consideraba que  todo artista debiera  ser:  poeta, explorador de la naturaleza y filósofo...

Y, vaya que, de las tres tenía nuestro Julio...  En Julio, se ha dado otra característica que cabe subrayar y que, desde luego, denota el carácter de su personalidad, su tesón,  constancia y compromiso. Durante más de sesenta años, todos los 21 de marzo, a las veintiún horas, concitaban a poetas y simpatizantes de la Cultura en torno a la denominada “Cena de la Poesía”. Fíjense que estamos hablando de un año sobre otro, durante sesenta y dos años  consecutivos, en el mismo mes y día, organizado por la misma persona… Vértigo, produce.

Y para cerrar y no hacerme más extenso, concluyo con otra característica que resalta la bonhomía de Julio, su generosidad. Persona sumamente generosa.

Me percaté de su grandeza tras las primeras palabras que mantuve con él por teléfono en aquél día de verano de 1993. Le estaba pidiendo una colaboración altruista, una persona que no conocía de nada, en nombre de una asociación que, en aquellos momentos, fuera del pueblo, resultaba insignificante debido a su incipiente creación, y no tuvo el menor titubeo para colaborar, traer su poema y verse como pez en el agua junto aquellos testigos presenciales de tantos  años de historia.

                                                          

                                                      Tino Barrero, Julio Sanz Saiz y Rosa Díaz                           

Esa fue la primera vez, después vinieron muchas  más, ya desde el Ayuntamiento y siempre con carácter altruista, estuvo de pregonero, de jurado del Concurso de pintura, nos gratificó con varios recitales poéticos y alguna exposición pictórica. Tanto por  requerimiento como por propio deseo, su presencia resultó sumamente grata en este pueblo perediano, al que en diversas ocasiones  se había acercado para visitar junto a otros adalides de la cultura comarcal  como Otero, Mauro Muriedas, Laguillo… a su buen amigo, Jesús Cancio, el Poeta del Mar que pasaba junto a su primo Luis Corona, los periodos estivales en Polanco. Por todo ello, el Ayuntamiento, a modo de reconocimiento y consideración le entregó, de manos de la alcaldesa, un cuadro con el escudo de Polanco.

Si fue generoso con Polanco, no cabe la menor duda, lo fue con otros lugares y personas, porque generoso lo fue a raudales, y como decía Aristóteles: de las diversas variedades de la virtud, la generosidad es la más estimada.

Hombres como Julio que hoy se encuentran en el Olimpo que acoge a grandes personalidades que han contribuido a dar lustre y grandeza a la ciudad de Torrelavega y región de Cantabria, por siempre estarán en el recuerdo.

 ¡En Julio es primavera! Esperemos que la cita en su nombre continúe en el tiempo y la actitud animosa de  su vástago, de mismo nombre, no decaiga.

 

sábado, 8 de enero de 2022

 

ADIÓS A UN POLIFACÉTICO ARTISTA.

AQUILINO FONSECA COSIO

                                                                                                 

                                                                                                           Tino Barrero


 

Aquilino Fonseca Cosio, colaborador habitual, en los últimos años, de nuestra Revista  Desafío”, ha fallecido esta semana a la edad de 92 años.


No puedo precisar el momento en que comenzamos a tener una relación estrecha; sin embargo, sí  recuerdo la primera vez que contactamos, que charlamos. Fue, si mal no recuerdo, en 1990 con motivo de presentar la “Diosa de la Ecología” en la Casa de Cultura.  Me comentó que había hecho una escultura-talla en madera con símbolos referentes al medio ambiente, a la Naturaleza  que  había denominado Diosa de la Ecología, que le gustaría presentarla al público en su pueblo de Polanco, por aquellas fechas vivía aún en el Barrio Obrero. Hizo la presentación y fue comentando los detalles simbólicos de la escultura, así como el modo en que la había construido de una raíz hallada en las dunas de la playa de Liencres, frente a la playa de  Mogro, a la que solía asistir durante el verano. La escultura quedó expuesta durante unos días en la Casa de Cultura.


Tardé un tiempo en volver a tener contacto con Aquilino. Le acompañaba fama de “raro”; hombre parco en palabras, muy reservado, poco comunicativo y con ideas poco convencionales que chocaban con el sentir común de la mayoría; así, por ejemplo, recibió el nuevo milenio subido a diez metros de altura de un roble, leyendo un soneto mientras tocaban las campanadas. Ahí precisamente vi su encanto. En lo que los demás veían “rareza”, yo percibía imaginación, creatividad y rebeldía, siempre dentro de los cánones establecidos por la buena educación. Una persona interesante y noble… Lo era.





Creo que el segundo contacto, o al menos uno de los recuerdos que mantengo, fue cuando me trajo unos apuntes novelados, a modo de libro, unidos a un canuto espiral, con el deseo que quedasen en la biblioteca al servicio de los lectores, a la espera de que un día pudiesen ser publicados. Debe de haber tres, o quizá cuatro, que permanecen en la biblioteca, pero que desde aquí recuerde, dos llevaban  los títulos de “ El último beso” y “ RH negativo”.  Comprobé que el hombre tímido y reservado estaba encontrando su capacidad de expresión, de comunicación, no sólo a través de la escultura y cerámica, también utilizaba el cauce de la literatura. Una persona de gran efervescencia cultural. Me invitó a su casa para visitar su taller de cerámica.. Quedé impresionado de su hacer y de los medios que disponía, por lo que quedé tentado a proponerle para monitor de un Taller de cerámica, dentro de las actividades que desarrollábamos en la Escuela de Adultos. Comprobando su predisposición, no exentos de ciertos condicionantes horarios, propuse al concejal de área montar dicho taller.

  Entre las muchas y diversas obras que me mostró, destacaban las cerámicas de relieve en barro, denominados “La Democracia”, “El aborto”, “El divorcio” y la “Eutanasia”, temas todos ellos que le suscitaban interés. El eje central de “ La Democracia” era el Golpe de Estado del 23 F de Tejero que si no recuerdo mal,  el original lo hizo llegar al Palacio de la Zarzuela. Se me ofrecía Aquilino -  familiarmente, Quilo- como un personaje de una gran riqueza interior que daba cauce a través de sus diversas  creaciones polifacéticas del arte


Gustaba de fabricar sidra, con sus variantes de orujo y coñac  en su propio lagar. Disfrutaba enseñando a los niños de los colegios del pueblo el arte de hacer sidra.

Congenió muy bien con el hispanista estudioso de Pereda e Hijo Adoptivo de Polanco, Anthony Clarke. En su última colaboración en “DESAFÏO”, nos cuenta la  fabada que preparó para despedir a Anthony la última vez que visitó Polanco


Se hizo miembro de la Sociedad Cántabra de Escritores (SCE) colaborando con la Sociedad en la elaboración de algunos libros colectivos. Y, a mi me acompañó durante los últimos años a la cita anual del 21 de marzo, “La cena de la poesía” que se organizaba en torno a la figura del pintor y poeta Julio Sanz Saiz, siendo la última en 2015.

Aunque de cuna asturiana, Fonseca gustaba de nuestras tradiciones como la “Ronda de Marzas”. Nos pedía que durante la ronda parásemos en su casa a cantarle una marza que él nos iba a corresponder con unos choricillos a la sidra  y unas botellas para escanciar, a objeto de reponer fuerzas.

En fin mucho más cabría decir de este singular personaje que quiso que su ·Diosa de la Ecología” quedase definitivamente en el entorno de la playa de Mogro para que desde allí mismo saliese todos los años en procesión recorriendo la ría al encuentro con la raíz matriz de la que se sacó la diosa.

 




 Ese anhelo, lamentablemente, no lo consiguió en vida, a pesar de que las gestiones estaban avanzando positivamente, puesto que el tema de Costas había quedado solucionado y el Ayto  había decidido el lugar de ubicación. El Covid tuvo mucha culpa para posponerlo en el tiempo. No obstante, tenemos la seguridad de que pronto se consiga y el testimonio de Fonseca quede entre los vecinos de Mogro y los amantes del Medio Ambiente.



Se nos ha ido un personaje singular que lo manifestaba en su estilo de vida independiente, ermitaña y monástica, dedicado  a la meditación y a la creación a la vez que trataba de cuidar su mente y cuerpo. Partió sin hacer ruido, Nos deja sus obras y grato recuerdo. ¡ Hasta siempre, Quilo!