INCERTIDUMBRE ANTE EL PLAGIO Y LA SOBERBIA.
Por
TINO BARRERO
A veces nos
encontramos en encrucijadas que nos colocan entre la espada y la pared. Nos
hacen circular por un laberinto donde se entrecruzan y se oponen razón y
emoción, alterando nuestro equilibrio
básico y haciéndonos caminar por angustiosas incertidumbres donde la duda, la
indecisión toma protagonismo vital.
Recientemente, una persona a la que siempre he tenido en
estima, Manuela Fuentevilla, ha publicado un libro que ha sido editado y
sufragado por el Ayuntamiento de Polanco. Recibí con gozo su llegada.
Cuando me dispuse a leerlo compruebo que hay muchos textos que son un calco total de
artículos míos publicados en diversos medios, prensa, revista local Desafío
o blog de la Asociación Sociocultural Polanco.
He de confesar que me sorprendió y, en cierta medida, me
incomodó el que no apareciese ninguna reseña ni cita alguna de mi autoría en los textos copiados, tal como es
de deber obligación. Sin embargo, no me produjo mayor preocupación, ya que soy
consciente de que con un mínimo de
voluntad, la solución es muy sencilla. Por lo tanto, me dispongo a comentarlo tanto con la autora como con los responsables
de la edición. Y así procedo.
Requerí un encuentro a
la autora donde cordial y amistosamente la hago ver una parte de los textos que
han sido palabra a palabra, punto a punto, literalmente copiados, para que sean
corregidos en la segunda edición que la alcaldía había decidido sacar al
público. Le pido que simplemente, al finalizar el texto, tras un asterisco
ponga el autor del texto original y medio de publicación, junto a la fecha, en
que haya sido publicado. Y que lo puede hacer lo pequeño que considere, como si
hay que coger una lupa para poder leerlo. Lo que pretendo es que mañana si tomo los textos para algún
trabajo propio, no consideren que haya sido yo quien ha plagiado mis propios
textos… Responde que, “ya que está hecho así, así lo deja”.
Posteriormente me dirigí a la responsable de la edición, la
alcaldesa. Estaba de vacaciones y decido hablar con el alcalde en funciones. Le
expongo alguno de los textos literalmente copiados, al igual que hice con la
autora. La respuesta que se me da ni me
molesto en trascribirla.
No puedo comprender cómo ante algo tan evidente, razonable y
sencillo de paliar, a sabiendas que es un acto perseguido por ley, miran para
otro lado. Busco un intento más para solucionar este asunto de manera pacífica.
Decido REGISTRAR en el ayuntamiento
la solicitud dirigida a la alcaldesa y equipo de gobierno, para parar
momentáneamente la salida de la nueva edición. A ver si con el registro se le
da un carácter más formal y oficial, se toma más en serio mi solicitud y se
llegue a actuar en consecuencia.
No solo se ignora y
desatiende la solicitud sino que a poco más de diez días, se comienza a
repartir los ejemplares de una segunda edición… Incomprensible, más cuando viene desde una
administración pública.
Lo cierto es que me
han abocado a un camino sin salida. No sólo hay un extenso plagio; muchos
de los textos sacados en el libro pertenecen a la literatura que yo mismo escribí
para dar a conocer algunas de las características del municipio, en la web del
Ayuntamiento y, naturalmente, la alcaldesa
de eso debe ser conocedora, lo mismo que de los diversos artículos
aparecidos en prensa, la revista Desafío o blog de la Asociación Sociocultural…
Además, desde la alcaldía como máxima
responsable de la edición del libro, corresponde supervisar el trabajo final
del libro antes de mandar a la imprenta. Y desde luego, ha dejado de manifiesto
el mal gusto, desfachatez, perversidad, vulgaridad y falta de clase en poner en el libro una fotografía de mi
persona cortada a la mitad, de arriba abajo, cuando estoy junto a Julio
Cabrero, alcalde por aquel entonces, dirigiéndome a un grupo de vecinos,
explicando los motivos que justificaban colocar una placa en un monolito, junto
a la cagiga que en su día se plantó en honor a Enrique Herrera “El carpintero”.
Sin duda, el dejar en un libro una foto de esas características, retrata a quien lo ha hecho y consentido.
Lo cierto es que todo ha sido muy lamentable, despropósito tras despropósito.
¿QUÉ PUEDO HACER?
Arrinconado, y muy a mi pesar, sólo consigo contemplar dos alternativas:
La de pasar del tema, como que aquí no ha pasado nada y callar, lo que supone sobrepasar el límite de la dignidad y, en eso, no podemos admitir rebajas de ningún tipo. O la de recurrir a un proceso legal. Por lo que me he puesto en contacto con un gabinete jurídico que me informa de todos los derechos a que puedo acogerme y de seguir los pasos legales que procedan.
Evidentemente
la situación me resulta comprometida e
ingrata. De una parte, ni quiero ni debo quedarme de brazos cruzados renunciando a mis derechos y consintiendo la
falta total de respeto hacia mi persona que han mostrado al pasar olímpicamente
de de mis justos requerimientos. De
otra, no me reconforta, en absoluto,
involucrar en un proceso judicial
a Neluca, con quien he mantenido una más que buena relación vecinal.
SIn
embargo, no han dejado alternativa. Hay exceso de soberbia en las partes, y la
soberbia es muy dañina, se quieren en exceso; encantada de conocerse; casi siempre, ésta nos conduce por derroteros equivocados.
Decía San Agustín, “La soberbia no es grandeza, sino hinchazón. Y lo que está
hinchado parece grande, pero no es sano”.
¡Qué importante es el respeto y saber
ponerse en el lugar del otro!.
¡INSULTANTE!
Foto original puesta por la autora
Foto que sale en el libro puesta por la editora
¡Cuánta desfachatez!
UNO DE LOS MUCHOS TEXTOS PLAGIADOS
Como aparece en el libro
Aparecido en periódico Alerta en 2012
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