jueves, 20 de agosto de 2009

Homenaje a Enrique Herrera, "El carpintero"


La Asociación Sociocultural “Polanco” ha convocado a los diversos grupos con representación municipal, directivos de los colegios municipales y representantes de las diversas asociaciones culturales del municipio para colocar un hito con una placa en reconocimiento a Enrique Herrera “ El carpintero”, junto a una encina que se plantó hace unos 15 años en su honor. Enrique “El carpintero” ( 1919-1999), natural y vecino de Polanco, fue una persona de marcada singularidad que supo dejar huella en el vecindario y la Asociación Sociocultural “Polanco” considera que concurren en él una serie de méritos que le hacen merecedor de dicho reconocimiento. Entre ellos, caben destacar a nivel medio ambiental que durante el trazado de la autovía Santander- Torrelavega, en los inicios de los años 80, a su paso por el término municipal de Polanco se hallaba una encina centenaria que iba a ser eliminada por estorbar en dicho trazado. Muchos portazos recibió, pero su sagacidad y tesón acabaron haciendo mella consiguiendo que la administración, sin renunciar a su trazado, se decidiese a transplantar el hermoso y recio árbol autóctono a lugar seguro en Rinconeda. A nivel cultural también fue un hombre que destacó y se singularizó, pues de lo más raro, hace treinta años, era que una persona superior a los sesenta años utilizase la biblioteca municipal como lugar habitual de lectura. Enrique prácticamente a diario visitaba la biblioteca y animaba a los chavales a asistir a ella. De otra parte, visitaba, de cuando en cuando, el Aula de la Escuela de Adultos, animando siempre en la labor docente y a los vecinos les hacía ver el bien que suponía la escuela para su desarrollo. Su sensibilidad se siguió mostrando cuando unos cipreses que circundaban el panteón de J.Mª Pereda, que fue diseñado por el gran escritor, Benito Pérez Galdós, se cayeron haciendo ciertos destrozos al panteón, principalmente en su cruz . Enrique, comenzó a movilizarse, al día siguiente, para reparar dicho deterioro que requería las manos de buenos canteros. El gestionó y siguió toda la rehabilitación del monumento funerario. Y lo más sorprendente, que mejor muestra la grandeza, generosidad y amor a la cultura de este hombre fue que una vez jubilado, ofreció gratuitamente su taller de carpintería con sus herramientas a la Escuela de Adultos municipal a objeto de que sirviese para que los jóvenes pudiesen aprender el oficio de carpintero. Estos son solo algunos de los aspectos que distinguen la personalidad de Enrique Herrera y que le han hecho meritorio de reconocimiento y considerarle persona ejemplarizante por su generosidad, sensibilidad hacia la naturaleza y amor a la cultura. El hito junto a la encina se encuentran en los jardincillos que hay a la orilla del río Cabo, entre la carretera general y el centro de Salud de Polanco, en Rinconeda.
                                                                                                                 TINO BARRERO