lunes, 16 de junio de 2025

 


  RECORDANDO A DON VICENTE PEREDA Y REVILLA.


Este mes de mayo se cumple el setenta y cinco aniversario del fallecimiento de don Vicente Pereda y Revilla, hijo menor de nuestro ilustre novelista José María de Pereda.  A pesar de vivir bajo la prolongada sombra literaria de su padre, don Vicente fue también un autor prolífico que cultivó diversos géneros: novela, ensayo, teatro e incluso poesía. Su obra, aunque menos conocida, merece un lugar en la memoria literaria de Cantabria.

La efeméride ha sido recordada por la Sociedad Cántabra de Escritores (SCE), que, con motivo del Día de las Letras Cántabras -celebrado el 19 de febrero, fecha elegida por coincidir con la festividad del santo Beato de Liébana, considerado el primer escritor cántabro documentado-, aprovecha esta ocasión para rescatar del olvido a escritores vinculados a Cantabria que han contribuido al desarrollo cultural de la región. Esta labor de recuperación se centra en autores cuya efeméride se corresponda con múltiplos de veinticinco años (25, 50, 75, 100, etc.).

Cada año, la SCE realiza un extenso homenaje a estas personalidades de las letras, ofreciendo un compendio de su vida y obra, así como una lectura pública de algún texto seleccionado. Tuve el honor de ser invitado por la SCE -bajo la delegación de su nieto, José María- para representar a don Vicente Pereda, leyendo un texto de una de sus obras. Escogí el extracto II “Las campanas del destino”, de su obra Arco Iris. Otra opción disponible era leer un fragmento de su obra Cantabria, considerada la primera novela histórica sobre las Guerras Cántabras.

D. Vicente de Pereda nace en Santander en 1881. Fue el menor de siete hermanos; creció entre Polanco y Santander, al igual que había vivido su padre. En palabras de D. Sixto Córdova y Oña que cita la redondilla que  Sinesio Delgado escribió en el semanario el “Madrid Cómico”, refiriéndose a J.Mª de Pereda:

                               “Montañés sencillo y franco

                               que no cesa de correr

                               de Polanco a Santander

                               de Santander a Polanco”

D. Vicente Pereda estudió bachiller en Santander y derecho en Deusto, aunque nunca ejerció la abogacía. Se casó con Joaquina Torres Quevedo Allport, sobrina del ingeniero  e inventor, con quien tuvo nueve hijos. Siempre estuvo vinculado a Polanco, donde en 1913 reformó la casa  familiar, en la que había nacido su padre, y que utilizó como residencia. A mediados de los años veinte, la familia estableció su residencia en Madrid, aunque frecuentemente continuaban viniendo a Polanco. En Madrid hizo amistad con muchos escritores,  la mayoría conocidos en las tertulias que frecuentaba en el Ateneo, aunque muchos otros los conoció gracias a la amistad que mantenían con su padre.

Tanto en Madrid como en Polanco continuó su labor literaria que, como expuse anteriormente, fue muy extensa y variada. Dicha actividad literaria la abandonó tras la Guerra Civil, al perder en ella a su hijo José María.

Don Vicente falleció el 29 de mayo de 1950, cuando, al parecer, se encontraba preparando el viaje a Polanco para pasar aquí el periodo estival. Serán sus hijas quienes continúen con la tradición familiar de acercarse a la casa solariega de Polanco a lo largo del año, especialmente durante el verano.

Personalmente, no llegué a conocer a sus hijos varones -José María, Luis y Juan-, quienes fallecieron a edades tempranas, ni a su hija Sol, casada con el capitán y abogado Felipe García-Mauriño, que se exiliaron en México tras la Guerra Civil.

Sí tuve la fortuna de conocer al resto de sus hijas: María Fernanda, María Dolores, Ana, Isabel y MariCruz. Todas ellas fueron asiduas visitantes y muy vinculadas a Polanco, donde gozaron de gran simpatía entre el vecindario por su amabilidad, cordialidad y filantropía.

Solían venir acompañadas habitualmente por su prima María Teresa Rivero Pereda, “Tea”, hija de Enrique Rivero y de María, la única hija que tuvo José María de Pereda.

MariCruz, la menor de las hermanas, falleció en 2006, cuando conmemorábamos el centenario del fallecimiento de su abuelo. Nos dejó como legado la letra del Himno a Polanco, cuya música fue compuesta por Federico Ceballos Horna.

Su vida y obra nos muestran a un hombre sensible, cultivado y profundamente marcado por su entorno familiar y por los acontecimientos históricos de su tiempo. Además de su legado  literario, nos dejó muestra de su interés social y su inclinación por la naturaleza. En 1904 creó el Sindicato Agrícola de Polanco, construyéndose su sede en el lugar actual del  barrio El Hondal, en 1911, siendo su primer presidente. Este hecho da cuenta de su carácter emprendedor y de su voluntad de mejora para el mundo agrario En 1930 con la publicación de  su libro Cotos forestales de previsión expresó sus inquietudes sociales y agrícolas y su deseo de promover la repoblación forestal.

En el ámbito literario, fue un autor sumamente prolífico, con una producción marcada por una diversidad temática que abarca desde la autobiografía hasta el ensayo social y filosófico, pasando por la poesía y la narrativa. Entre alguna de sus obras más destacadas se encuentra 50, un texto de carácter autobiográfico en el que se refleja su visión íntima de la vida y su evolución personal. Otras obras relevantes dentro de su producción incluyen Sociología y Cristianismo, donde examina la relación entre los valores religiosos y la estructura social; La vejez, ensayo reflexivo sobre la última etapa de la vida y el Viejo poema, una emotiva composición dedicada a su padre. Asimismo, abordó temáticas diversas en títulos como Esqueletos de oro, centrado en el mundo de la diplomacia; La Hidalga fea y Juan de Castilla, posiblemente obras narrativas de corte histórico o costumbrista.

La conmemoración de su aniversario debe servir para darle a conocer, preservar su memoria,  y reconocer su labor. No es tarea fácil conseguir sus obras, pues buena parte de ellas están descatalogadas. La última edición de una de sus obras ha sido la realizada a la considerada una de sus mejores obras Cantabria publicada por el Ayuntamiento de Santander, en los albores del centenario de su fallecimiento.

La conmemoración de este 75º aniversario no es solo un homenaje a su figura, sino un acto de justicia cultural. Es momento de que las administraciones y entidades culturales aprovechen para  reeditar, estudiar y difundir su obra, para que don Vicente Pereda y Revilla ocupe el lugar que merece en la historia de nuestras letras.  Este mes de mayo se cumple el setenta y cinco aniversario del fallecimiento de don Vicente Pereda y Revilla, hijo menor de nuestro ilustre novelista José María de Pereda.  A pesar de vivir bajo la prolongada sombra literaria de su padre, don Vicente fue también un autor prolífico que cultivó diversos géneros: novela, ensayo, teatro e incluso poesía. Su obra, aunque menos conocida, merece un lugar en la memoria literaria de Cantabria.

La efeméride ha sido recordada por la Sociedad Cántabra de Escritores (SCE), que, con motivo del Día de las Letras Cántabras -celebrado el 19 de febrero, fecha elegida por coincidir con la festividad del santo Beato de Liébana, considerado el primer escritor cántabro documentado-, aprovecha esta ocasión para rescatar del olvido a escritores vinculados a Cantabria que han contribuido al desarrollo cultural de la región. Esta labor de recuperación se centra en autores cuya efeméride se corresponda con múltiplos de veinticinco años (25, 50, 75, 100, etc.).

Cada año, la SCE realiza un extenso homenaje a estas personalidades de las letras, ofreciendo un compendio de su vida y obra, así como una lectura pública de algún texto seleccionado. Tuve el honor de ser invitado por la SCE -bajo la delegación de su nieto, José María- para representar a don Vicente Pereda, leyendo un texto de una de sus obras. Escogí el extracto II “Las campanas del destino”, de su obra Arco Iris. Otra opción disponible era leer un fragmento de su obra Cantabria, considerada la primera novela histórica sobre las Guerras Cántabras.

D. Vicente de Pereda nace en Santander en 1881. Fue el menor de siete hermanos; creció entre Polanco y Santander, al igual que había vivido su padre. En palabras de D. Sixto Córdova y Oña que cita la redondilla que  Sinesio Delgado escribió en el semanario el “Madrid Cómico”, refiriéndose a J.Mª de Pereda:

                               “Montañés sencillo y franco

                               que no cesa de correr

                               de Polanco a Santander

                               de Santander a Polanco”

D. Vicente Pereda estudió bachiller en Santander y derecho en Deusto, aunque nunca ejerció la abogacía. Se casó con Joaquina Torres Quevedo Allport, sobrina del ingeniero  e inventor, con quien tuvo nueve hijos. Siempre estuvo vinculado a Polanco, donde en 1913 reformó la casa  familiar, en la que había nacido su padre, y que utilizó como residencia. A mediados de los años veinte, la familia estableció su residencia en Madrid, aunque frecuentemente continuaban viniendo a Polanco. En Madrid hizo amistad con muchos escritores,  la mayoría conocidos en las tertulias que frecuentaba en el Ateneo, aunque muchos otros los conoció gracias a la amistad que mantenían con su padre.

Tanto en Madrid como en Polanco continuó su labor literaria que, como expuse anteriormente, fue muy extensa y variada. Dicha actividad literaria la abandonó tras la Guerra Civil, al perder en ella a su hijo José María.

Don Vicente falleció el 29 de mayo de 1950, cuando, al parecer, se encontraba preparando el viaje a Polanco para pasar aquí el periodo estival. Serán sus hijas quienes continúen con la tradición familiar de acercarse a la casa solariega de Polanco a lo largo del año, especialmente durante el verano.

Hijas de D. Vicente Pereda: Isabel, María,  Tea (sobrina), María Fernanda, Mª Cruz y Ana.

Personalmente, no llegué a conocer a sus hijos varones -José María, Luis y Juan-, quienes fallecieron a edades tempranas, ni a su hija Sol, casada con el capitán y abogado Felipe García-Mauriño, que se exiliaron en México tras la Guerra Civil.

Sí tuve la fortuna de conocer al resto de sus hijas: María Fernanda, María Dolores, Ana, Isabel y MariCruz. Todas ellas fueron asiduas visitantes y muy vinculadas a Polanco, donde gozaron de gran simpatía entre el vecindario por su amabilidad, cordialidad y filantropía.

Solían venir acompañadas habitualmente por su prima María Teresa Rivero Pereda, “Tea”, hija de Enrique Rivero y de María, la única hija que tuvo José María de Pereda.

MariCruz, la menor de las hermanas, falleció en 2006, cuando conmemorábamos el centenario del fallecimiento de su abuelo. Nos dejó como legado la letra del Himno a Polanco, cuya música fue compuesta por Federico Ceballos Horna.

Su vida y obra nos muestran a un hombre sensible, cultivado y profundamente marcado por su entorno familiar y por los acontecimientos históricos de su tiempo. Además de su legado  literario, nos dejó muestra de su interés social y su inclinación por la naturaleza. En 1904 creó el Sindicato Agrícola de Polanco, construyéndose su sede en el lugar actual del  barrio El Hondal, en 1911, siendo su primer presidente. Este hecho da cuenta de su carácter emprendedor y de su voluntad de mejora para el mundo agrario En 1930 con la publicación de  su libro Cotos forestales de previsión expresó sus inquietudes sociales y agrícolas y su deseo de promover la repoblación forestal.

En el ámbito literario, fue un autor sumamente prolífico, con una producción marcada por una diversidad temática que abarca desde la autobiografía hasta el ensayo social y filosófico, pasando por la poesía y la narrativa. Entre alguna de sus obras más destacadas se encuentra 50, un texto de carácter autobiográfico en el que se refleja su visión íntima de la vida y su evolución personal. Otras obras relevantes dentro de su producción incluyen Sociología y Cristianismo, donde examina la relación entre los valores religiosos y la estructura social; La vejez, ensayo reflexivo sobre la última etapa de la vida y el Viejo poema, una emotiva composición dedicada a su padre. Asimismo, abordó temáticas diversas en títulos como Esqueletos de oro, centrado en el mundo de la diplomacia; La Hidalga fea y Juan de Castilla, posiblemente obras narrativas de corte histórico o costumbrista.

La conmemoración de su aniversario debe servir para darle a conocer, preservar su memoria,  y reconocer su labor. No es tarea fácil conseguir sus obras, pues buena parte de ellas están descatalogadas. La última edición de una de sus obras ha sido la realizada a la considerada una de sus mejores obras Cantabria publicada por el Ayuntamiento de Santander, en los albores del centenario de su fallecimiento.

La conmemoración de este 75º aniversario no es solo un homenaje a su figura, sino un acto de justicia cultural. Es momento de que las administraciones y entidades culturales aprovechen para  reeditar, estudiar y difundir su obra, para que don Vicente Pereda y Revilla ocupe el lugar que merece en la historia de nuestras letras. El Ayuntamiento de Polanco no debiera ser indiferente a esta efeméride.

                                                                                                            Tino Barrero.

jueves, 6 de marzo de 2025

 

La Tradición Viva: Un Reconocimiento a la Fidelidad y el Compromiso con las Marzas de Polanco

El pasado fin de semana, la Ronda Marcera de Polanco vivió un acontecimiento significativo al otorgar dos importantes nombramientos a personas que han sido parte esencial de la tradición de las marzas en nuestro municipio. En un acto emotivo, se nombró a Rosendo Pérez Vallina como "Botero Oficial" y a Antonia Badia Badia, natural de Alhaurín el Grande (Málaga), como "Comisionada para Marzas". Ambos cuentan con más de 30 años de participación ininterrumpida en esta cita anual, un compromiso que no ha faltado ni un solo año.

Dentro de la Ronda Marcera, hay miembros que desempeñan un papel determinado y relevante que destacan por su función esencial dentro del conjunto. Roles como el Marcero Mayor, el farolero, el campanillero y el cestero son necesarios para que la ronda funcione de manera óptima. Sin embargo, hay una figura que a menudo pasa desapercibida, no suele aparecer en las letras de marzas ni en textos de libros sobre las mismas, pero cuya presencia es crucial: el Botero.

La bota de vino, que el Botero porta con dedicación y responsabilidad, es mucho más que un simple accesorio. Es una parte intrínseca de la ronda, una herramienta fundamental que permite mantener la voz clara y el gaznate limpio durante las largas jornadas de canto. La bota de vino, como el pañuelo o la boina, es un símbolo de la ronda marcera, un elemento que conecta a los cantores y que ha acompañado a la tradición desde sus orígenes. Rosendo Pérez Vallina, quien siempre ha sido el encargado de portar esta bota, ha sido reconocido finalmente con el título de "Botero Oficial". Este nombramiento, que nunca se había hecho antes en ninguna ronda de nuestra Cantabria, busca resaltar la importancia de aquellos que, con su fidelidad, mantienen vivas nuestras tradiciones.

Por otro lado, Antonia Badia Badia, más conocida como Toñi, es un ejemplo de cómo la cultura local puede trascender fronteras. A pesar de ser originaria de Málaga, Toñi se ha convertido en una parte integral de la Ronda Marcera de Polanco. Su amor por las tradiciones y su capacidad para identificarse con nuestras costumbres ha sido ejemplar. No solo ha participado activamente durante más de tres décadas, sino que ha llevado nuestras marzas hasta su tierra natal, Alhaurín el Grande, contribuyendo a dar a conocer este ritual de nuestro folclore más allá de nuestra región. Por ello, se le otorgó el título de "Comisionada para Marzas" en su localidad de origen, un reconocimiento merecido por su arduo trabajo y dedicación.

                        



Los nombramientos tuvieron lugar en presencia de la alcaldesa, miembros de la Corporación municipal y numerosos vecinos, quienes compartieron este momento especial. Además, se contó con la presencia de la Ronda Marcera de Torrelavega como testigo honorífico del acto, quienes a través de una conexión por video, y mediados por Jose Ramón García, uno de sus directivos, enviaron sus felicitaciones acompañadas de una marza como muestra de afecto y compañerismo. Ambas agrupaciones actuaron juntas en el acto de Declaración de las “Marzas” como Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Cantabria, en 2014, en el Palacio Festivales de Santander..

Tanto Rosendo como Toñi son personas muy activas y comprometidas socialmente. Forman parte de la Asociación Sociocultural y son muy estimados en el municipio por su labor en pro de la cultura local y su dedicación a la comunidad. Este acto de reconocimiento subraya la importancia de las personas que, con su esfuerzo y compromiso, mantienen vivas nuestras tradiciones. 



Tras el nombramiento, la ronda marcera comenzó su tradicional recorrido por los barrios del municipio, como se viene haciendo desde hace 36 años, cuando se recuperó esta tradición tan arraigada en Polanco. El último día de febrero y el primero de marzo se convirtieron en jornadas de celebración, donde  el canto y la ronda se unen para dar vida a una de las costumbres más ancestrales y queridas de nuestra región: dar la bienvenida a marzo y con ello la proximidad de la primavera.



Este acto, refuerza la importancia de las tradiciones como un vínculo que une a las generaciones pasadas, presentes y futuras. Para todos aquellos que hemos tenido la suerte de compartir estos momentos con Rosendo y Toñi, es un placer contar con su amistad.

                                                                                                                TINO BARRERO

jueves, 9 de enero de 2025

 

  II CONCURSO DE CUENTOS INFANTILES "COSTA QUEBRADA"

CONOCIENDO Y DISFRUTANDO DEL GEOPARQUE "COSTA QUEBRADA".

Por segundo año consecutivo organizamos el CONCURSO DE RELATOS INFANTILES , en torno a un tema relacionado con Costa Quebrada. Más aún este año que se ha otorgado a la Costa Quebrada como GEOPARQUE , por parte de la UNESCO, lo que conlleva gran relevancia, no sólo para nuestro entorno costero sino para toda la región.

La Asociación Sociocultural Polanco  cuenta con la colaboración de la Asociación Costa Quebrada y el Ayto. de Polanco. Deseamos que desde los centros educativos y las familias se incentive a los niños y niñas de Educación Primaria, en el conocimiento de este magnífico entorno; ese es uno de los objetivos del Concurso.





Concurso de cuentos infantiles “Un día en mi playa de Costa Quebrada”

 

BASES DEL CONCURSO

 El Concurso tiene como objetivo estimular la curiosidad y el conocimiento entre los escolares sobre   las características y belleza singular de nuestra costa. Fomentar interés en el conocimiento del Geoparque Costa Quebrada y también tiene como objetivo potenciar la creatividad y poner en valor la  expresión escrita.

El Concurso está organizado por la Asociación Sociocultural Polanco y cuenta con la colaboración del Grupo Costa Quebrada y la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Polanco.

1.       Participantes: niños de Educación Primaria.

2.       Dos niveles: Nivel 1: de 6 a 8 años; Nivel 2: 9 a 12 años

3.       Idioma: castellano

4.       Tema. Los cuentos aludirán a algún lugar del entorno de   Costa Quebrada. Pueden ser fantásticos, realistas, de humor, policiacos, románticos o de cualquier género que te inspire ese entorno maravilloso.

5.       Han de ser originales y no publicados o premiados anteriormente, ni estar pendientes de resolución en cualquier otro concurso.

6.       Extensión y forma del cuento. Formato Word, con un mínimo de dos páginas y un máximo de cuatro, escritas por una cara, a doble espacio (Interlineado doble) y en letra Arial/Times New Roman de 12p. Márgenes laterales, superior e inferior de 2 cm. En el encabezado aparecerá el título del cuento y un pseudónimo. Nunca, el nombre del autor.

7.       Cada persona podrá presentar un único trabajo.

8.       Forma de presentación: online y bajo el sistema de plica.

Las obras se presentarán por correo electrónico a la siguiente dirección:

 asociacionsocioculturalpolanco@gmail.com

 

En el asunto del mensaje, se especificará “Concurso de cuentos” y la modalidad a la que se presenta. Por ejemplo: “Concurso de cuentos-Nivel I”, o “Concurso de cuentos Nivel II”

Para asegurar el anonimato del autor, deberán presentarse dos ficheros: uno, con el cuento bajo título y seudónimo. Y otro, con la plica conteniendo los datos del autor, del siguiente modo:

·        Un archivo con el CUENTO en su interior, con título y pseudónimo, que también aparecerán en la denominación del archivo. El nombre del archivo tendrá el siguiente formato: 1-Modalidad-Título del cuento-pseudónimo. El contenido del archivo, en formato Word, se ajustará a las normas de formato y extensión explicadas en el punto 6.

 ·        Otro, con la PLICA. El nombre de archivo:2-PLICA-título-seudónimo. En su interior, un documento Word encabezado nuevamente por el título y pseudónimo, para concretar a continuación los datos del autor:

Nombre y apellidos, edad

Domicilio

E-mail y teléfono de contacto

   9.       Fecha límite de presentación: 27/03/2025 a las 14:00 h.

10.   La entrega de premios tendrá lugar, el día 29 de mayo (jueves), a las 18 horas en la Biblioteca municipal “José Mª de Pereda” de Polanco.

11. Premios: Serán premiados los tres primeros de cada categoría

1º Premio. Una camiseta con la impresión de “Tremeruco” y el nombre de Geoparque Costa Quebrada. 1 libro sobre Cantabria; un tour nocturno por la costa y el trofeo del “Tremeruco”.

2º Premio. Una camiseta con la impresión de “Tremeruco” y el nombre de Geoparque Costa Quebrada; 1 libro sobre Cantabria; un tour nocturno por la costa.

3º Premio. Una camiseta con la impresión de “Tremeruco” y el nombre de Geoparque Costa Quebrada; 1 libro sobre Cantabria; un tour nocturno por la costa.

            12.  La recepción de las obras se iniciará a partir del 16/01/2025

          13. El Jurado estará compuesto por miembros de la entidad organizadora y colaboradoras del concurso.

GANADORES Y PREMIOS: 

    Desde la edición anterior, el concurso cuenta con una figura simbólica: “El Tremeruco”, un personaje mitológico vinculado al Pozo Tremeo. Esta entrañable figura, diseñada por Laura R. Rivas, miembro de la Asociación Sociocultural de Polanco, se ha convertido en el trofeo que distingue al primer premio.



Las ganadoras de esta segunda edición han sido:

  • Primer premio: Melibea Díaz Heras por su cuento “La fortuna enterrada”.
  • Segundo premio: Julia Hermosa Núñez con “Caperucita Tremea en el estómago del lobo”.
  • Tercer premio: Jana Fuentevilla Bárcena con “La concha brillante”.

Las tres finalistas recibieron como obsequio camisetas ilustradas con el Tremeruco, el libro “Seres mágicos de Cantabria”, tazas con diseños de Costa Quebrada, el correspondiente diploma y, como experiencia destacada, un safari intermareal nocturno, guiado por especialistas de la Asociación Costa Quebrada. Además, la ganadora del primer premio recibió como galardón el trofeo del Tremeruco.

La entrega de premios contó con la participación de Isabel Herrera Landeras, concejala de Medio Ambiente, en representación del Ayuntamiento de Polanco; Javier Álvaro Apezteguía, por parte de la Asociación Costa Quebrada, y Jesús Gómez Pereda y Laura Ruiz, en representación de la Asociación Sociocultural Polanco. 

 


                                                                                               Tino Barrero.


viernes, 9 de agosto de 2024

 

                      SOÑA, SAN ELÍAS Y EL MALVÍS.

                            - Crónica de una fiesta-

 

    Ahora se ha cumplido un año en que tuve el honor de dar el Pregón de las fiestas de San Elías en Soña, invitado por la Asociación de Vecinos del barrio. El pregón le quise dedicar a recordar aquellos primeros años del surgimiento de  la fiesta.  Es la única fiesta de los distintos barrios del municipio que he visto nacer; la de los otros barrios le precede varias generaciones, perdiéndose sus inicios en el tiempo.

    Como ya he expresado en otra ocasión, el origen de la fiesta de San Elías en Soña, me parece paradigmática. Es el claro ejemplo de lo que un barrio puede conseguir cuando se une; vecinos de todas edades, sin sesgo de sexo, se juntan codo a codo para organizar su fiesta con toda la complejidad que ello conlleva, muy especialmente cuando es la primera vez. Tuvieron el arranque de romper con ese  tópico, utilizado por las personas que comienzan a entrar en años  y quieren eludir responsabilidad,  que dicen: “eso es para jóvenes”. En aquellos inicios, veinteañeros y sesenta añeros salieron a pedir por el municipio y concitaron a diversas empresas del entorno para organizar el cartel de fiestas; se pusieron tras la barra del bar, atendiendo y agasajando a vecinos y visitantes con gran maestría. Las amas de casa colaboraron en establecer el exquisito pincho de tortilla, como icono gastronómico de la fiesta. Y juntos, con anhelo, esfuerzo e ilusión transformaron un lavadero y abrevadero de ganado en una ermita, dedicada al santo que habían elegido como patrono del barrio: San Elías.

  

        
         Pregón de fiestas ofrecido por Eloy Galdeano

 Fue una gesta memorable, algo épico, donde consiguieron ser los  auténticos protagonistas de su  historia,  de su fiesta, de lo cual tienen que  sentirse  orgullosos, por lo que tienen el deber de  recordar y dar a conocer a las generaciones venideras, de modo que el legendario acontecimiento y sus autores, pase a formar parte de la memoria colectiva del barrio.

    Bastó un año, para que algunas cosas cambiasen. De una, el fallecimiento de Julián Revuelta, El Malvis, a principios de año. Julián me precedió el año anterior en el papel de pregonero de las fiestas. Lo hizo magníficamente, como él lo sabe hacer, con trovas y cánticos; estuvo genial y muy bien acompañado. Julián fue uno de aquellos legendarios que iniciaron las fiestas de Soña, fue un gran contribuyente. Para mi pregón, glosando aquellos inicios, Julián -junto Esteban y otros- fue de gran importancia, pues tenía a recaudo cantidad de detalles, programas, cuentas y anotaciones de aquellas primeras fiestas, lo que me permitió hablar no sólo de recuerdo sino de datos fidedignos.

    Que Julián Revuelta es un personaje singular y que su nombre quedará inscrito como personaje destacado del folclore cántabro, no hay duda alguna. Que nos entristeció y sobrecogió su pérdida, tampoco hay duda.

Coro Ronda La Esperanza de Requejo




Grupo danzas Virgen de las Nieves de Tanos.

    Otra cuestión que ha cambiado y nos ha sorprendido en este año, ha sido que las fiestas no han sido organizadas por la Asociación  Vecinos de Soña, herederos legítimos de los impulsores del 79. La presente edición ha estado organizada por la Concejalía festejos del Ayuntamiento que ha contado con la colaboración del grupo habitual de apoyo a la organización. Las fiestas han estado bien, bajo el cliché de años anteriores. El pregón estuvo a cargo del vecino Eloy Galdeano, profesor, avecindado en Soña desde hace un cuarto de siglo y que viene colaborando  dentro de la organización de la fiesta.

    Desconozco la causa que haya ausentado a la Asociación de organizar su fiesta. Deseo haya sido un hecho puntual y que año que viene la vuelvan a retomar; deben preservar el legado que les dejaron sus mayores.

    Siempre he sido partidario –y así lo he manifestado en diversas ocasiones- de que sean los propios vecinos quienes se encarguen de organizar su fiesta, nadie mejor que ellos para saber cómo desean organizarla y qué contenidos desean ofrecer en su programa. Esa tarea común, estrecha lazos vecinales e imprime identidad al barrio. Desde la Concejalía de festejos debe facilitar, apoyar y colaborar en el desarrollo de la fiesta.

    Recuerdo que tras el inicio de San Elias a través de la unidad vecinal. Duraante las décadas de los 80, 90 e inicios del nuevo siglo, otras fiestas de la localidad tomaron el ejemplo, pasando a organizarse a través de Peñas o Asociaciones. En el año 1980, estando de concejal de festejos y cultura Pedro Payno, decidió organizar las fiestas de San Pedro Ad-víncula con la mocedad del pueblo y resultó un éxito en participación y colaboración. Poco tiempo después se organiza en Posadillo la Peña San Roque y el perro, en la que estuvo involucrado prácticamente todo el barrio y vecinos adyacentes. Organizaron unas fiestas magníficas consiguiendo tuviesen un gran raigambre  y que fuesen un referente entre las de distintos barrios. A finales de los años 80, la Asociación Sociocultural Polanco, se encargó de organizar las fiestas patronales de Polanco, introduciendo en su programación la colaboración activa de diversas asociaciones o grupos municipales que sirvieron para dinamizar e implicar al mayor número posible de vecinos y enriquecer los programas de fiesta. Fueron grandes fiestas, con grandes novedades y atracciones  que dejaron su impronta.

    Esperemos que la Asociación de Vecinos del barrio de Soña, vuelvan a protagonizar la organización de sus fiestas.


     Estatua del Malvís. Su familia, junto a alguno de los pioneros de la fiesta, 45 años atrás: Esteban, Pedro, Novoa y Toño. Salva, el escultor y Sañudo, concejal festejos.

    En cuanto a Julián Revuela, El Malvis, decir que estuvo más presente que nunca durante las fiestas. El Ayuntamiento organizó el I Festival Folclórico en su recuerdo. Un festival que estuvo excelente, en el que participaron: el Coro Ronda Garcilaso, El cartero de Correpoco, Coro Ronda la Esperanza de Requejo y el Grupo Danzas Virgen de las Nieves de Tanos. Y el domingo, tras la misa y procesión del santo, se inauguró una estatua en piedra, realizada por el escultor Salvador García Ceballos, representando la figura del Malvís que quedó plantada junto a la capilla y el parque infantil “La Castañera”.

    Podemos decir que las fiestas de San Elias del presente año, han sido un homenaje merecido a tan singular vecino, uno de los precursores de la fiesta y una de las figuras estelares más representativas del folclore cántabro. Por la pradera y calles del barrio, hasta el monte, va pajareando su espíritu cantarín.

                                                       Tino Barrero.

viernes, 5 de julio de 2024

 

A VUELTAS CON BLASONES Y TALEGAS. LA CASA NATAL DE PEREDA.

 

A riesgo de resultar pesado,  no me puedo sustraer a incidir en la conveniencia de adquirir la casa natal de José Mª de Pereda para patrimonio cultural de nuestra comunidad. De momento, no percibo gesto alguno que muestren interés en ello ni el gobierno del consistorio polanquino  ni el gobierno regional.

Desde el ayuntamiento polanquino, ante una moción que presentó al respecto el grupo socialista, se dio el no por respuesta. Posteriormente la alcaldesa en algunos medios declaraba que no se trataba de una negativa rotunda, que cabía la posibilidad de aceptar si se contaba con ayudas de otras administraciones... Del gobierno regional, ni sí ni no, ni todo lo contrario; silencio absoluto, no parece ir con ellos.

Lo que me temo es que reina la indiferencia, se huye del compromiso; se espere a que el tiempo pase y el asunto quede en el olvido.

Una vez que la vivienda se ha puesto en venta, se presenta una gran oportunidad para añadirla al patrimonio cultural y honrar la memoria de nuestro novelista. Estamos hablando de una casona que ha sido testigo de cuatro siglos de la historia municipal; una vivienda que fue cuna de nuestro insigne escritor, en la que sazonó su infancia, arropado por su familia, a través de la escuela y con los entretenimientos y juegos propios de su edad. En “Pedro Sánchez” nos muestra Pereda alguno de esos entretenimientos: “ (…) aunque bien sabe Dios cuánto me gustó siempre tocar las campanas a vísperas los domingos y fiestas de guardar (…) acechar nidos, jugar a la cachurra, coger mayuetas o fresas salvajes, en el monte; saltar las huertas; apedrear los nogales; calar la sereña en cercana costa; hacer, en fin, cuanto hacer pudiera el más ágil, más duro y más revoltoso muchacho del lugar.” Juegos que fueron instrumentos necesarios para proporcionar habilidades en la exploración de  realidades nuevas, interaccionar con el entorno, desarrollar sensibilidades ante las percepciones, favorecer la sociabilidad y fortalecer habilidades en la toma de decisiones. Ello, en cierta medida, contribuyó a cimentar las bases que le  facilitaron alcanzar su atalaya literaria como novelista. Estamos hablando de un escritor al que  don Marcelino Menéndez Pelayo elogió, manifestando estas palabras: “En el cuadro de costumbres, en la sátira política, en el idilio rústico, en la tragedia del mar ávido de humanas vidas, en todos los géneros donde estampó su huella, fue el más radical innovador de la literatura de su tiempo.”

Y continúa elogiando el logro con el que supo poner en valor a la región:

… Lo que antes no era más que un plácido y oscuro rincón de la Península, que muchos apenas distinguían de las provincias colindantes, llegó a ser, por virtud de Pereda, uno de los raros focos que nuestro tiempo ha conocido de aquella poesía robusta, patriarcal, épica en el fondo...

Efectivamente, estamos ante uno de los grandes novelistas españoles de mediados del XIX que nos ha dado lustre y ha conseguido poner a Polanco y Cantabria en el mapa de la literatura universal. Mostró hondo sentimiento hacia su terruño natal y supo poner en valor nuestras tradiciones, costumbres y paisajes. En palabras de  doña Emilia Pardo Bazán: “Puédese comparar el talento de Pereda a un huerto hermoso, bien regado, bien cultivado, oreado por aromáticas y salubres auras campestres…”

No estamos hablando de un personaje al uso, estamos hablando de un personaje singular gloria de las letras cántabras y el mayor exponente del costumbrismo regional que supo estar entre los grandes representantes del realismo nacional.

Corresponder con el novelista adquiriendo su casa natal, preservándola como legado de su memoria para dedicarla como museo, estudio e interpretación de su obra, es algo más que un deber.


Estamos hablando de una casona solariega del S.XVIII, de 800 metros cuadrados, con muros de sillería y conservada en excelente estado, con una finca hermosa y extensa de 6000 metros cuadrados que puede ofrecer mucho juego para actos culturales y divertimento de los vecinos,  situada en el centro del pueblo; quizá requiera arreglo del tejado y, como es natural, modificaciones internas adaptadas a un nuevo uso, pero lejos queda de esa visión nefasta que desde el ayuntamiento se quiere ofrecer a los vecinos. Es natural que documentos, cuadros y objetos íntimos de valor, se hallen bajo custodia familiar. Y, como es más que previsible,  si la vivienda se adquiere para, de alguna manera, honrar la memoria del escritor, esos objetos y documentos de valor, no dudo, sea cedido por la familia a objeto de enriquecer el objetivo perseguido, con la seguridad de que iban a encontrarse a buen recaudo.   

No tengo duda que el mayor inconveniente para adquirir tan emblemática casona es el desinterés. Si este existiese, ya se habrían puesto a trabajar en ello. Alguna de las dos administraciones, la regional o local, debiera tomar la iniciativa. En caso de la local, el gobierno municipal ya debiera, con determinación y coraje, formar una comisión  con representación de todos los grupos municipales y ponerse conjuntamente a trabajar en procedimientos y gestiones encaminados a realizar los trámites para conseguir los compromisos y ayudas necesarias de otras instituciones y administraciones para lograr dicho fin; es muy conveniente dejar el “yo”, por el “nosotros”. Me consta, por declaraciones escuchadas a la alcaldesa que ha encargado un informe de las características arquitectónicas de la vivienda al historiador, músico y estudioso del patrimonio, Enrique Campuzano, como paso a la solicitud de declaración B.I.C. del edificio. Espero y deseo que con ello no se juegue a “El perro del hortelano”, tal como- según intención manifiesta de la propia alcaldesa- se desprende desea conseguir. Sería muy deshonesto. En cuanto al gobierno regional, me cuesta mucho considerar que se pueda desentender de la colaboración en la adquisición de esta propiedad tan significativa para nuestra identidad cultural y patrimonial, con la que otorgamos  consideración y agradecimiento a nuestro mentor literario que con tanto talento supo con su pluma describir épicamente paisajes y paisanajes de nuestra región.
La verdad es que la inacción y el silencio, es preocupante. Falta coraje, determinación y conciencia sobre lo nuestro. Echo en falta a asociaciones y agrupaciones literarias, a personalidades de la cultura, que optan por callar y mirar hacia otro lado, en vez de empujar en la consecución de algo que nos honra y engrandece a todos los cántabros, entre los que, sin duda, se encuentran los polanquinos. ¡Muy decepcionante!.

                                                                                                                                                                       CONSTANTINO BARRERO