PREGONANDO SAN ELIAS EN SOÑA
Tuve el honor de ser invitado por la Asociación Vecinos de Soña junto a la propia Comisión de Fiestas para dar el Pregón de su Patrón, San Elías. Me sentí honrado, a la vez que agradecido; quise corresponder con la misma consideración, responsabilidad, respeto y afecto hacia los vecinos del barrio.
Tenía que preparar unas palabras para el pregón. Consideré -quizá porque era lo que me apetecía- que lo que se esperaba de mi eran unas palabras relacionadas con el ámbito local.
Dando el pregónMe di por buena la idea de exponer contenido sobre el origen de las fiestas y, a su vez, homenajear a aquella generación que apostó por querer tomar las riendas en el desarrollo de su propio barrio. No querían ser menos que los otros barrios que componen el municipio; por ello, crearon su fiesta y reconvirtieron un antiguo lavadero - en desuso desde años- en una capilla. Han pasado más de cuarenta años de aquellos acontecimientos; muchos vecinos desaparecidos en estos años y mucha gente nueva que se han incorporado como vecinos en el barrio; por lo tanto, es ya un buen momento para revivir y recordar, unos; así como para conocer, otros. Todos hemos de saber mirar atrás, no para quedarnos en el pasado, pero sí para comprender mejor dónde estamos y tratar de proyectarnos en el mañana.
Me complace recordar y poner en valor aquella enorme gesta protagonizada por los vecinos de Soña que con gran entusiasmo e ilusión supieron insuflar un aire nuevo a la historia del barrio. Quizá, muchos de ellos no sean conscientes de la importancia de la labor que acometieron... Es el único barrio del municipio, y me aventuro a pensar que de la región, que ha creado su propia fiesta local. No es una fiesta que provenga de la tradición, ni del deseo e imposición de autoridad eclesiástica o política. No, es una fiesta que surge del propio vecindario que se implica emocional y físicamente en diseñarla, llevarla a cabo, trabajándola codo a codo; hombro con hombro. Los poderes religiosos y políticos facilitaron, como les corresponde, su labor burocrática, administrativa y en parte presupuestaria, pero sin inmiscuirse en los deseos organizativos de los vecinos.
Pregonero con Comisión de Fiestas
Ellos decidieron recurrir al santoral para elegir su protector del barrio. Consideraron, por las fechas, que para conmemorar San Elías era una buena opción, 20 de julio. Y acordaron, tras consensuarse entre los vecinos, que la fiesta la celebrarían siempre en el fin de semana más próximo a su festividad.
La primera fiesta tuvo lugar el domingo, 22 de julio de 1979. Fue una fiesta organizada con cierta precipitación, ninguna experiencia y escasos recursos, pero con mucha ilusión y gran pundonor, mimbres suficientes para garantizar un feliz resultado y quedar con el ánimo suficiente para continuar en próximas efemérides. Con mayores recursos y mayor experiencia se fueron mejorando las sucesivas celebraciones. Desde el principio se establecieron dos elementos que han venido acompañando el cartel de fiestas: la TORTILLA de las “amas de casa” y la QUEMA DEL MUÑECO, como colofón de fiestas y que simboliza – a mi modo de entender- la ascensión de Elias a los cielos en un carro de fuego. Ninguno de estos dos elementos han faltado en los años de historia de la Fiesta patronal de Soña, adquiriendo, por lo tanto, un carácter identitario y diferenciador respecto a las otras fiestas del municipio.
Ambiente durante el pregón
En 1982, viendo que la fiesta se
iba consolidando e iba alcanzo altas cotas de popularidad, no sólo en el barrio
si no en todo el entorno, decidieron construir una capilla, lugar de culto bajo
la advocación de su elegido patrón, San Elias. Así, lo mismo que no hay prado
que no tenga hierba, no puede haber localidad que conmemore la celebración de
un miembro del santoral, sin ermita o capilla para ofrecerle culto. Además era
el único barrio del municipio sin oratorio. Decidieron reconvertir el antigua
lavadero y abrevadero en capilla. Para
ello, pidieron los permisos pertinentes a la parroquia y al ayuntamiento. Una
vez concedido se pusieron mano a la obra y con tesón, entusiasmo, ilusión y
muchas ganas, comenzaron el derribo del lavadero y la construcción de la
capilla. Para su edificación aprovechaban los fines de semana,
prácticamente
todos los vecinos se implicaron en la tarea. Tres eran albañiles profesionales:
Esteban, Ángel Bengoa y Andrés Ferreras; los demás, según su saber iban
ayudando y apoyando. Las mujeres contribuían llevando las tortillas y cervezas
como tentepié. Nadie quedaba ajeno al compromiso adquirido. De este modo, para
el domingo, 18 de julio de 1982, pudo inaugurarse la capilla. A tal efecto vino
el Vicario general de la Diócesis, D. Carlos Osoro Sierra que celebró la misa,
acompañado de D. José Luis, párroco de Polanco recién incorporado. La misa fue
cantada por el Coro Stª Mª de Solvay; los picayos corrieron a cargo del Grupo
Danzas Virgen de las Nieves de Tanos, participando de la eucaristía cerca de un
centenar de cicloturistas llegados de toda Cantabria. Se instauraba San Elias
como patrón de Cicloturista.
Procesión. Portando San Elias cuatro de los miembros que iniciaron la fiesta: Julián Revuelta, Pedro García, Esteban García y Toño Díaz.
Tras la misa y procesión pasó la programación festiva a la campa de fiestas donde como aperitivo se degustaron las tortillas de las vecinas de Soña, así como la cata de diversos productos cántabros. Se completó el día con numerosos festejos; naturalmente no podía faltar la romería. Todo un verdadero éxito de actividad y de visitantes.
Orgullosos, sin duda alguna, tienen que estar aquella generación de vecinos y sus descendientes, de la gesta emprendida hace cuarenta y cuatro años. Y no sólo por la fiesta y la capilla - que sí-, si no por ser ejemplo y mostrar como un pueblo cuando se une bajo un objetivo común y se compromete, es capaz de realizar las mayores hazañas. Al igual de ejemplarizante fue el hecho de que personas mayores sin complejo alguno atendiesen la barra del bar y agasajasen a los romeros con todo entusiasmo. Lo habitual era despacharse de la responsabilidad con el tópico:” Esto es cosa de jóvenes…” Supieron estar tras el mostrador y sirviendo las mesas con mucha dignidad, a la altura de las circunstancias. Esa actitud ejemplarizante no se debe dejar pasar por alto.
Así, de este modo, la Fiesta de San Elias ha sido ejemplo de compromiso, constancia, solidaridad y entusiasmo en conseguir algo en bien de la comunidad.
Estos hechos deben conocerse, recordarse y quedar grabado en la memoria colectiva del barrio. Una singular hazaña que configura la esencia y el carácter de todo un barrio.
Feliz recuerdo para aquellos legendarios, para los que han partido y para los que siguen entre nosotros que supieron abrir la senda por la que camina la Comisión de fiestas actual, ejemplo de pundonor, tesón y generosidad. Tal como quedó dicho durante el Pregón, el agradecimiento a la Comisión; mientras exista ésta, habrá San Elias y siempre que haya San Elías quedará un recuerdo para aquella generación de vecinos, legendarios, que tuvieron a bien emprender la gesta que nos ha traído hasta aquí y ha servido para ejemplo y engrandecimiento de los vecinos y barrio de Soña.
TINO BARRERO
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